Primavera, amor y los Dioses por Botticelli

La "Primavera" es uno de una serie de obras ejecutadas mitológicas de Botticelli después de su regreso de Roma en 1482. La pintura fue encargada por un primo de Lorenzo de Medici, Lorenzo di Pierfrancesco, que iba a convertirse en un patrocinador fiel del trabajo de Botticelli.

La imagen fue colgada en la alcoba junto con otra obra de Botticelli, "Palas y el Centauro", y aparece en un inventario del contenido de palacio florentino del Pierfrancesco. Fue pintado probablemente como una celebración de la boda de Lorenzo di Pierfrancesco de Medici de 'en 1482.



La imagen se celebra la llegada de la primavera y está lleno de simbolismo mitológico. Venus, diosa del amor, está en el centro de un campo de naranjos en su flora izquierda, diosa de las flores y la primavera, aparecen ataviados con guirnaldas de flores. Al lado de Flora es la ninfa Cloris, ella es perseguida por Céfiro, dios del viento, que tiene una pasión ardiente para ella. El poeta romano Ovidio describe como Chloris transformando en Flora, diosa de las flores, que simboliza el comienzo de la primavera, y Botticelli ha colocado a ambos lados cifras al otro dentro de la misma pintura.

En el centro de la imagen, sirviendo además de eje compositivo nos encontraríamos con Venus, destacada no tan solo por la posición preminente, sino porque en torno a su cabeza, se dibuja una especie de aureola con la vegetación. Aparece representada con los atributos de una mujer casada, simbolizaría la fuerza creadora del orden natural. Sobre ella se encuentra Cupido, que lanza una de sus flechas hacia una de las ninfas que acompañan a Venus. A la derecha del espectador aparece Céfiro, uno de los vientos, que persigue a la ninfa Cloris que, en el momento en que éste la toca empieza a expulsar flores por la boca para transformarse en Flora, diosa de la vegetación y de las flores, que nos mira sonriente a la vez que parece ir esparciendo las flores que conforman su vestido. A la izquierda (del espectador) se representan las Tres Gracias, las servidoras de Venus, muy apreciadas por los neoplatónicos, que les van a atribuir las mismas virtudes que a la diosa. Aparecen realizando una especie de danza, vestidas con telas semitransparentes, correspondiéndose la que está más a la izquierda del cuadro con “Voluptas”, la de la derecha con “Pulchritudo” y la que está de espaldas, hacia la que apunta la flecha de Cupido, con “Castitas”, que precisamente se vuelve hacia el dios Mercurio, pintado a la izquierda de la composición. Mercurio, mensajero de los dioses, sería también el nexo de unión entre la tierra y el cielo.
Mediante este complejo relato se trataría de crear uno de los círculos neoplatónicos del Amor. Éste surge en la tierra mediante la pasión (representada por la actitud de Céfiro) y regresa al cielo como contemplación (la de “Castitas” hacia Mercurio y la de éste hacia el cielo). Esto para un neoplatónico es lo mismo que decir que el amor carnal no es el verdadero (así desaparece al tocarlo, igual que Cloris), sino que debe convertirse para que sea real, en un amor contemplativo, espiritual e idealizado (platónico).

A la derecha de Venus son las tres Gracias, compañeras femeninas de la diosa del amor, que realizan su danza en el inicio de la primavera. Al lado de las Gracias se encuentra Mercurio, mensajero de los dioses, que inspecciona el campo de naranjos y protege el jardín de los intrusos.

Gastos generales flotante en el centro de la imagen es Amor, hijo de Venus, que tiene los ojos vendados mientras dispara sus flechas de amor, sus puntas de fuego determinados a intensificar la emoción del amor en el que chocan.

La fuente principal de la imagen viene de un poema, "De Rerum Natura", por el poeta y filósofo Lucrecio clásico. Esto y el "Fasti", el calendario romano Ovidio, sirvió de inspiración para la Primavera de Botticelli.

A escena un grandioso cuadro pintado por el artista florentino con las grandes alegorías profanas mil años después de la caída del Imperio romano, gracias a Bottichelli el occidente europeo recuperó las pinturas mitológicas de grandes dimensiones.

Sandro Bottichelli nace en Florencia el 1 de marzo de 1445 en Florencia, Italia, hasta los catorce años no empieza su formación como aprendiz de orfebre hasta que en 1446 el padre a petición del niño le envia al taller de Fray Filippo Lippi, de éste pintor recibe sus mayores influencias en cuanto al control de formas tridimensional, así como la delicada expresión de los rostros y un estilo íntimo hasta tal punto que sus primeras obras se le atribuyeron a su maestro.

En 1467 frecuenta el taller de Andrea del Verrochio donde trabaja al lado de Leonardo da Vinci, para terminar teniendo su propio taller.

Pinta " LA PRIMAVERA " una de sus obras maestras, aunque su datación es incierta se fija entre 1477 - 1482, temple sobre tabla de 750 cm x 425 cm en la actualidad se encuentra expuesta en la Galeríá Uffizi, Florencia.
Investigando aquí y allá en libros de pintura, he recopilado la interpretación de la obra que es " la pera " y que con gusto la pongo en el Buzón, de una manera sencilla de entender.

Las nueve figuras están prácticamente al natural y en linea con lo cual resta profundidad, los personajes son perfectamente identificables con la mitología griega y romana y relacionados con " la floralia " y con pasajes de los antigüos mitos.

Empezamos de izquierda a derecha: 


El dios Mercurio despeja el cielo de niebla con su caduceo y corresponde a la mitología romana, queda identificado por sus zapatos con alas y lo pinta con colores intensos, porque es uno de los personajes principales de la obra.


El grupo de las tres gracias servidoras de Venus deliciosamente enlazadas con las manos y en un paso de baile, es la imagen de la serenidad y de la concordia, casi desnudas con los cabellos peinados recogidos, pues solo las jóvenes solteras podían llevarlo suelto.
Los sutilísimos velos crean una sensación de transparencia que lo logra porque deja las técnicas de la pintura flamenca, no aplica colores al temple esmaltados si no que sirviéndose del aceite de linaza como ligante superpone veladuras de color que deja ver el color que hay debajo


Por encima de la figura de Venus vuela Cupido lanzando flechas de amor a Mercurio para enamorar a Venus.


Venus se encuentra en el centro del cuadro, sirve de eje a la composición, su clara figura contrasta con el fondo que es un tupido arbusto de color verde oscuro y la forma del mismo aporta la impresión de que tiene una aureola.


Está representada como una madona con cofia en el pelo, vestido y manto que cae asimétrico.
 
 Céfiro persigue a su prometida la ninfa Cloris en la espesura del bosque, que con el abrazo del viento primaveral se convierte en Flora y siembra el mundo de flores.

De la boca de Cloris salen flores que se acomodan en el vestido transparente de Flora.


El prado florido que recoge toda la escena, contiene la descripción exacta de ciento cincuenta especies botánicas pintadas con exquisito detalle.
Comenté al principio que toda la interpretación del cuadro tenía " miga ", podríamos haberla ampliado más en profundidad en el capitulo de mitologías e incluso en la investigación literaria que tuvo que realizar Bottichelli para construir este cuadro, pero pasaríamos al papel de los expertos en arte y de eso no se trata.

Mi intención es meramente la de proporcionar información básica, para que conozcamos de que trata el contenido del cuadro " LA PRIMAVERA" de Botichelli.

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