Toshiro Kanamori y la pedagogía para ser feliz y pensar en los demás
Una escuela, 35 alumnos en clase, 1 profesor, Toshiro
Kanamori, y un objetivo: SER FELICES y aprender a pensar en los demás.
¿Aparece esta lección en los programas del Ministerio de
Educación que con tanta frecuencia se modifican en España y en otros países?.
¿Aceptaríamos los padres que a nuestros hijos les enseñasen prioritariamente a
ser felices en vez de asignaturas académicas útiles de verdad?.
¿Interesa al Sistema nuevas generaciones de ciudadanos con empatía,
responsabilidad social y con vidas más plenas que son menos manipulables y
consumistas?
Este documental de 50’ titulado “Pensando en los
demás” (Children full of life) es una revolución pedagógica y
el camino de un mundo mejor.
Merece la pena verlo.
Ha sido premiado en numerosos festivales por la dulzura que
transmite en la enseñanza y por el cántico a la vida que representa. En la
Escuela Municipal de primaria en Kanawara, una ciudad de 8.000 habitantes en
Japón, Toshiro Kanamori ha conseguido unir aprendizaje con
diversión, con respeto a la individualidad de cada niño y con gran crecimiento
personal de sus alumnos.
Explica que solo tenemos una vida y que debemos vivirla con
alegría pero que la felicidad no consiste en buscar únicamente el beneficio
individual sino en aprender a pensar en los demás.
¿Cuál es su método de enseñanza?
En el documental he apreciado mucho trabajo al
aire libre y en equipo, potenciar la creatividad y principalmente el sistema de
“LAS CARTAS DEL CUADERNO” en que 3 alumnos escriben cada día una carta
explicando sus vivencias e inquietudes y las leen en alto a sus compañeros.
Lo considero una herramienta muy válida para que esos chicos
exterioricen sus sentimientos y no vayan enquistando rencores, para que los
demás desarrollen empatía y todos se identifiquen con los problemas.
Cuando han surgido problemas de acoso en la escuela también
han reflexionado sobre ello y han conseguido ponerse en la piel de las víctimas.
Y cuando el profesor se ha excedido en algún castigo u orden ha existido
diálogo entre ellos y ha mostrado flexibilidad y benevolencia. Eso es la base
del carisma y la buena autoridad (que no autoritarismo).
Por si alguien cree que este tipo de enseñanzas positivas y
enriquecedoras solo son patrimonio de hippies o muy alternativos, les recuerdo
que este documental está rodado en Japón, cuna de la disciplina y el
control por excelencia y que es posible sanear nuestro sistema
educativo siemprey en cualquier lugar y sin ninguna teoría pedagógica
sofisticada.
Estas son las palabras del final del documental sobre
las que merece la pena reflexionar:
Reír, llorar, aprender.Ahora los 35 alumnos entienden que los vínculos de amistad se crean pensando en los sentimientos de los demás. Aprender a pensar en los demás les ha enseñado cuál es la clave de la felicidad y a ser felices desde el fondo del corazón.
¡OTRA EDUCACIÓN ES POSIBLE!
Gracias a todos los Toshiro Kanamori del mundo por demostrarlo cada día con
vocación, conciencia y alegría.
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